Noelia desde el principio tenía muy claro que cambiaría de
color.
Todos empezaron a mezclar los colores, “mira está
cambiando”.
“Se está haciendo verde” (como si se tratara de una receta
de cocina)
Maikel cuando empezó a dibujar le salió un delfín.
Ana aun no ha mezclado los colores.
Mario y Martín aumentan el recorrido y unifican los dibujos
de los dos.
Y comienzan a hacer música y golpear las manos en la mesa.
Mario me mira y me dice “mira es música”. Y Noelia se adjudica el puesto de
directora de orquesta “palalos” y todos la siguen y se callan, y comienza de
nuevo la orquesta, y Noelia dice de nuevo “palalos”… así durante un buen rato.
Hasta que llega Lionel, todavía estaba poniéndose el babi y
abrochando los botones, y cuando llega con los demás compañeros, todos le
animan y aplauden “Lionel, Lionel”.
Comienza otra parte del juego, juntan las manos para ver si
pegan o no…
Ana aún sigue sin mezclar los colores.
Mario empieza a contar “1, 2,3…..14,15,16,17,18,19,20,
15,16,17” y se acuerda de Ahmed que está malito.
A continuación intervengo yo: Ana, ¿Por qué no ha cambiado
tu pintura de color? Y responde Adriana
a Ana “porque no has querido”.
Así que volvemos a insistir en preguntarla porque no se le
cambió de color y nos dijo que no quería que cambiara.
Y entre sus conversaciones, escucho a Mario decir “chicos
¿por qué no vamos a la paya a coger cangrejos?” y Adriana le dice “Tata me ha
decido que vamos a la paya” y Noelia dice “me picó un cangrejo con mamá” y
Martín con cara de que no quiere que le pique ningún cangrejo nos dice “a
mi no me pican”.
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